Nuevas representaciones de arte paleolítico

abrigo de Minerva

En este artículo se presentan nuevas representaciones de arte rupestre paleolítico que han sido halladas recientemente en Extremadura. En dos de los casos se trata de figuras que se añaden a un repertorio iconográfico ya conocido. El tercero de los hallazgos es inédito..

by Hipólito Collado Giraldo


TRACCE PHP-Nuke version, 2002-2011

Nuevas representaciones de arte paleolítico en Extremadura


RESUMEN: En este artículo se presentan nuevas representaciones de arte rupestre paleolítico que han sido halladas recientemente en Extremadura. En dos de los casos, la Cueva de Maltravieso en Cáceres y la Cueva de la Mina de Ibor en Castañar de Ibor (Cáceres) se trata de figuras que se añaden a un repertorio iconográfico ya conocido. El tercero de los hallazgos es inédito, el Abrigo de Minerva localizado en el término municipal de Garlitos (Badajoz), una interesante estación en la que se documenta una pequeña pero significativa muestra de arte pleistocénico grabada sobre un soporte inédito para el arte paleolítico: la cuarcita. Una constatación que abre a partir de ahora un importantísimo campo de cara a la investigación y las áreas de difusión del arte rupestre paleolítico al aire libre en la Península Ibérica.

PALABRAS CLAVE: Arte rupestre, Paleolítico, Extremadura, Cuarcita

ABSTRACT: In this article there appear new representations of paleolithic rock art that have been found recently in Extremadura. In two of the cases, Maltravieso’s cave in Caceres and the Mine of Ibor’s cave in Castañar de Ibor (Cáceres) treats itself about figures that they are added to an iconographic repertory already known. The third one of the finds is unpublished, Minerva’s shelter located in the municipal end of Garlitos (Badajoz), an interesting station in which there receives documents a small but significant sample of pleistocenic rock art recorded on an unpublished support for the paleolithic rock art: the cuarcita. A verification that opens from now the most important field with a view to the investigation and the areas of diffusion of the paleolithic rock art outdoors in the Iberian Peninsula.

WORDS KEY
: Rock Art, Paleolithic, Extremadura, Cuarcita

1.- INTRODUCCIÓN

Las nuevas manifestaciones que se presentan en este trabajo son producto del intenso trabajo de investigación y prospección que ha llevado a cabo nuestro equipo durante los dos últimos años. Con él damos a conocer nuevas representaciones parietales superopaleolíticas en la región extremeña, algunas en contextos ya conocidos como la Cueva de Maltravieso o la Mina de Ibor y los nuevos hallazgos al aire libre del Abrigo de Minerva, en el área suroriental de la provincia de Badajoz, el primer conjunto de grabados pleistocénicos sobre soporte de cuarcita que ha sido documentado hasta el momento en Extremadura y que abre un interesantísimo campo investigador a tenor de los nuevos plantamientos que deberemos asumir sobre la distribución del arte rupestre paleolítico al constatar su presencia sobre este tipo de soporte.

2.- LAS NUEVAS REPRESENTACIONES EN LA CUEVA DE LA MINA DE IBOR
(CASTAÑAR DE IBOR, CÁCERES)

La cueva de la Mina de Ibor recibe su nombre por asentarse en la ladera oeste del Cerro de la Mina, pequeña elevación de 589 metros al Noroeste de la localidad cacereña de Castañar de Ibor y muy próxima al curso del río Ibor que da nombre a esta comarca enclavada en el extremo suroriental de la provincia de Cáceres. En esta zona aparecen pequeños afloramientos calcáreos cámbricos intercalados a media altura entre el fondo del valle y los crestones cuarcíticos que coronan las zonas superiores de los cerros. Son pequeños afloramientos que en ningún caso presentan una gran entidad ni llegan a producir relieves importantes y que por regla general se encuentran poco karstificados aunque al exterior se aprecian algunos indicios de procesos de disolución de entidad variable como lapiaces incipientes y fundamentalmente arcillosos, resultado de la decalcificación de las arcillas (Algaba, Collado y Fernández, 2000: 6)

Se llega hasta la cueva a través de una pista de tierra que comienza unos 150 metros antes de llegar al puente que salva el curso del Ibor en la derecha de la carretera que une Castañar con Robledollano y que conduce hasta la ermita de la Avellaneda lugar donde tradicionalmente se celebra la romería de la localidad.

El acceso desde la pista a la cueva es bastante complicado. Desde un pequeño rellano en el que son visibles los restos de antiguos hornos de cal se sube por una ladera muy inclinada salteada de encinas, acebuches y olivos hasta una pequeña plataforma a media ladera desde donde se avanza en dirección norte entre la maleza hasta llegar a la entrada de la cavidad protegida con un portón metálico.

Foto 1: Entrada de la Cueva Mina de Ibor. Castañar de Ibor (Cáceres)

Foto 2: Topografía de la Cueva Mina de Ibor

DESCRIPCIÓN DE LA CAVIDAD

Se trata de una pequeña cueva que no llega a superar los cuarenta metros de desarrollo lineal. Su acceso en forma de arco peraltado y orientado al oeste deja paso a una galería de paredes lisas con dos prolongaciones laterales en perpendicular. Esta galería principal tiene 1,5 metros de anchura y otro tanto de altura con un primer tramo orientado este-oeste que gira a partir de los cinco metros para orientarse noroeste-sureste. Desde aquí la galería se va estrechando a lo largo de su recorrido para llegar en su zona final ascendente a una anchura de 50 centímetros justo en la zona de conexión con la sala del fondo. Esta sala tiene una planta de tendencia oval con un eje mayor de aproximadamente 20 metros por 16 metros en su eje menor. La altura máxima es de 3,5 metros en su lado occidental. Todo este espacio se encuentra totalmente colmatado por fenómenos de incasión.

LOS GRABADOS

Hasta el momento había sido localizado un único panel en esta cueva. Se hallaba al final de la galería de acceso a unos 15 metros de la entrada en la zona de conexión con la sala del fondo, en una colada calcítica vertical de color marrón claro que cubre la pared derecha situada a 90 centímetros de altura desde el nivel del suelo de la galería de acceso que en esta zona se estrecha e inclina considerablemente hasta desembocar en la sala final. Sobre esta colada, el autor de este trabajo descubrió en el año 1997 siete figuras grabadas de estilo paleolítico que representaban diversas partes anatómicas de varios animales diferentes: dos ciervos, un caballo, un oso y tres figuras indeterminadas (Collado, 1999: 13-17). A estas siete representaciones hay que añadir un nuevo motivo situado en la zona baja del panel y una serie de trazos lineales localizados sobre una pequeña colada en la zona más profunda de la cueva.

El nuevo motivo zoomorfo localizado es una cabeza de úrsido, animal ya de por sí poco frecuente en la iconografía paleolítica peninsular, que se une a la representación de oso ya conocida en este mismo conjunto.

1.- Cabeza de oso

En su elaboración se empleó el grabado lineal inciso fino combinado con las irregularidades del soporte para dar volumen a determinadas zonas de la representación. Se localiza infrapuesta a la figura acéfala situada en la zona baja del panel (Collado y Fernández, 1998) y aparece de perfil con el hocico orientado hacia la derecha, mirando a la entrada de la cavidad al contrario que la otra figura de úrsido que se representó sobre este mismo panel y que mira hacia el fondo de la cueva. El trazo grabado arranca desde la zona de la nuca, continuando por la cabeza, que presenta una forma muy redondeada propia de los animales de esta especie, prosigue por la frente y remata en el hocico que tiene forma rectangular y queda destacado además por un abombamiento del soporte, unos resaltes naturales frecuentes sobre toda la superficie, que ya fueron utilizados para dar volumen al belfo del pequeño oso grabado descubierto con anterioridad y que nuevamente vuelven a ser utilizados en esta figura, no solo en la zona del hocico, sino también en la del ojo, en el belfo inferior y sobre todo en las orejas del animal, representadas mediante dos pequeñas protuberancias ovales que se disponen sobre la línea grabada en la zona de la nuca y echadas hacia atrás. La figura mide 8,6 cm de altura máxima entre paralelas y 14,3 cm de anchura máxima entre paralelas.

Foto 3: Nueva representación de oso en la Mina de Ibor. Perspectiva lateral

Foto 4: Imagen frontal de la nueva cabeza de oso de la Mina de Ibor

Foto 5: Imagen frontal de la nueva cabeza de osos de la Mina de Ibor remarcada con trazos en negro. En rojo, azul y amarillo trazos superpuestos identificados con anterioridad


2.- Trazos lineales

En la zona más profunda de la cavidad se localiza una colada calcítica de reducidas dimensiones situada a 54 cm de altura por encima del nivel del suelo de la sala sobre la que se grabaron una serie de pequeños trazos lineales. Los dos más exteriores aparecen en paralelo e inclinados –13º sobre la horizontal enmarcando entre ellos a otras dos líneas convergentes por el extremo derecho conformando una especie de arco apuntado en cuyo interior se localiza otro pequeño trazo lineal que entra en contacto con la zona inferior del arco. El mayor de los trazos mide 2,9 cm y el menor 2,1.

Foto 6: Trazos lineales en el fondo de la cavidad

3.- UNA NUEVA REPRESENTACIÓN ZOOMORFA GRABADA
EN LA CUEVA DEL MALTRAVIESO
(CÁCERES)

El pasado año, durante los últimos trabajos topográficos y fotográficos realizados en esta cueva cacereña pudo descubrirse, gracias a las especiales condiciones de iluminación que se habilitaron en su interior, un nuevo panel con grabados que vienen a ampliar la nómina de figuras zoomorfas ya conocidas de esta cavidad (Ripoll, Ripoll y Collado, 1999).

Se sitúa en la pared derecha de la Galería de la Serpiente, a 3,5 metros de distancia desde la gatera de unión entre la Sala de las Pinturas y este último corredor, sobre una pequeña superficie de forma cóncava con algunos abombamientos que en parte está tapada por el sedimento arcilloso del suelo del corredor. La anchura máxima del soporte son 72 centímetros por 80 de altura máxima y con un extraplomo de 51º con respecto al suelo. Ha sido esta inusual localización, tan cerca del suelo y semioculta por la propia morfología e inclinación del soporte lo que ha hecho que la figura haya permanecido inédita hasta el momento.

Foto 7: Detalle de la nueva figura zoomorfa de la Cueva de Maltravieso. Cáceres

Sobre él fueron representados varios motivos grabados en sucesivas fases según se deduce de la serie de superposiciones que se constatan en el panel, aunque es imposible definir el margen diacrónico en el que fueron realizadas.

Foto 8: Calco del nuevo panel localizado en la Cueva de Maltravieso

Comienza la secuencia en la parte superior del panel con una serie de trazos totalmente patinados y bastante gruesos (color negro en el calco), en algunos casos cercanos al medio centímetro, aunque muy someros pues la incisión sobre la superficie es mínima dando la impresión de que esta serie de líneas han sido realizadas mediante una percusión leve y muy continuada sobre la capa de colada calcítica que se depositó en esta zona de la cueva. Los trazos han sido dispuestos en vertical y perpendicular, convergiendo estos últimos hacia el extremo izquierdo, configurando de este modo una especie de tosca cabeza orientada hacia la izquierda y mirando hacia el fondo del la cavidad.

La segunda fase reúne únicamente un solo trazo grabado extremadamente fino (aparece coloreado en rojo en el calco) lo que hace prácticamente imposible su observación sin la ayuda de luz rasante. Esta en posición vertical y aparece infrapuesto a la línea curvada que configura el pecho del animal. Mide 4,7 cm de longitud.

Por encima, marcando la tercera fase (color verde) en la secuencia de ejecución de los motivos aparece la otra figura zoomorfa del panel. La atribución faunística más factible resultaría la de un cáprido. Esta orientado hacia la izquierda, en dirección al fondo de la cueva y en actitud estática con el cuello estirado y la cabeza levantada. Ha sido representado en perfil absoluto excepto la zona posterior de la cabeza que muestra una perspectiva torcida La anchura máxima entre paralelas (de hocico a cola) es de 40 centímetros y la altura máxima conservada entre la zona de la cabeza y el pecho es de 15 centímetros. Técnicamente la figura fue ejecutada con un único y fino trazo lineal inciso y continuo, muy seguro pues prácticamente no muestra líneas de fuga ni trazos rectificados.

Morfológicamente el animal presenta una cabeza bastante alargada con el hocico abierto, aunque en este caso la utilización de un abultamiento del soporte hace que al observar la figura con luz artificial rasante, la sombra producida por esta irregularidad de la piedra genere la sensación visual de que el hocico ha sido cerrado. La parte superior del morro, la testuz y el cuerno u oreja superior está definido por una línea ligeramente curvada y ondulada en la parte posterior debajo de la cual se puede observar el ojo representado por un pequeño punto inciso. Un nuevo trazo paralelo al anterior y con la misma ondulación sirve para configurar el cuerno inferior. El trazo queda aquí interrumpido para comenzar de nuevo en la parte posterior de cuello que se prolonga sin solución de continuidad tras una profunda inflexión por toda la zona cóncava de la pared marcando la curva cérvico dorsal. Esta línea es de muy difícil observación por las numerosas concreciones que presenta, especialmente en la zona central donde llega incluso a desaparecer oculta por las deposiciones de calcita. Se retoma la línea en la zona de los cuartos traseros donde traza un giro cerrado hacia la zona inferior para marcar el anca y posiblemente la cola. En este punto la línea se desdobla sin que se pueda precisar que se trate de una rectificación del trazado de los cuartos traseros o de un intento por representar de forma muy esquemática ambas patas traseras del animal

En la parte anterior de la figura, por debajo de la línea de la frente, arranca un nuevo trazo que configura la quijada y que se prolonga hacia la zona inferior representando la línea del pecho y el arranque de la pata delantera.

La última fase está representada por una serie de líneas grabadas (color azul), ligeramente más gruesas y profundas que las empleadas para configurar el animal anterior y que aparentemente, a pesar de muestran direcciones variadas y tendentes a la convergencia en algunos casos, no definen ningún tipo de figura reconocible Se superponen a la representación zoomorfa en la zona posterior del cuello.

Los convencionalismos empleados en la representación de este nuevo cáprido presentan numerosas concomitancias con los utilizados en la figura de la cierva incisa del panel XIII de la Sala de las Chimeneas: cabeza muy alargada, cuello estirado, orejas o cornamenta echada hacia atrás, similar actitud y posición. Todos estos aspectos podrían posiblemente ser indicativos de un período de ejecución similar o muy próximo en el tiempo y quizá un mismo autor para ambas representaciones. Estos convencionalismos estilísticos, especialmente el excesivo alargamiento del morro y los cuellos estirados desmesuradamente, aunque evidentemente no faltan en las cuevas del norte y especialmente significativo es el ejemplo de Chufín (Almagro, 1973), ni en la meseta, con representaciones muy elocuentes en las cuevas de Ojo Guareña (Balbín y Alcolea, 1992: 404, fig. 4), o la Griega (Corchón y otros, 1997: 60-61), es mucho más habitual detectarlo en las representaciones de fauna paleolítica del centro-sur de la Península Ibérica, independientemente de la especie que se quiso representar. En esta línea se deben señalar los bóvidos de la Cueva de la Pileta, de entre los que se destacaría el ejemplo del toro pintado en negro y recientemente fechado por AMS en 20.130 +/- 350 del Camarín del Santuario (Sanchidrián y otros, 2001: 17, fig. 2), la cierva de la Cueva de Atlanterra (Ripoll y Mas, 1999: 5, fig. 2), los cérvidos del sector del fondo de la Cueva de Ardales (Ramos y otros, 1992: 106108), el caballo del panel derecho de la Sala 1 de la Gruta de Escoural (Varela, 1999: 3), los cérvidos de la Cueva de Nerja, especialmente la cierva pintada de la Sala del Cataclismo (Sanchidrián, 1986: 299), los múltiples ejemplos localizados en la fauna representada sobre las plaquetas de Parpalló (Villaverde, 1994: 373, figs. 5 y 6) o la serie de cérvidos grabados del Molino Manzanez (Cheles, Badajoz) (Collado y otros, 2004: en prensa) entre otros muchos, son la evidencia de un estilo que con independencia de matices regionales y pendientes de una mayor profundización en esta línea de investigación podríamos considerarlo como característico y representativo del arte rupestre paleolítico del área centro-meridional de la península ibérica.

4.- EL ABRIGO DE MINERVA, GARLITOS, BADAJOZ.
LAS PRIMERAS REPRESENTACIONES EXTREMEÑAS
DE ARTE RUPESTRE PALEOLÍTICO AL AIRE LIBRE SOBRE CUARCITA

Este nuevo lugar con arte rupestre paleolítico se encuentra dentro del término municipal de Garlitos en la zona oriental de la provincia de Badajoz (Extremadura, España), en el extremo Este de la sierra que da nombre al abrigo donde se han localizado las representaciones grabadas.

Foto 9: Vista general del farallón rocoso donde se localiza el abrigo de Minerva. Garlitos, Badajoz.

 

Se trata de un estrecho abrigo en forma de corredor situado a solana en la zona de contacto entre la ladera y las primeras elevaciones cuarcíticas (608 metros de altura s.n.m). El acceso se realiza a través de una pequeña plataforma sobreelevada desde la que se puede contemplar el gran valle generado por la cuenca del río Zujar, actualmente muy desfigurado respecto a su recorrido original a causa de la construcción de la presa de la Serena y que queda cerrado hacia el sur por las elevaciones de la Sierra del Torozo.

El descubrimiento se llevó a cabo en el mes de Septiembre de 2002 durante el desarrollo de una campaña de prospección sistemática financiada por la Consejería de Cultura y en la que colaboraron activamente los ayuntamientos de Garlitos, Siruela, Sancti Spíritu y Risco. Además de los grabados paleolíticos durante esta campaña se documentaron una treintena de lugares con pintura esquemática de gran interés que serán publicados en breve. No obstante las especiales características de los grabados obligaron a realizar una serie de trabajos específicos con apoyo de luz artificial para la documentación de los mismos, trabajos que se desarrollaron durante el mes de Mayo de 2003.

Foto 10: José Mª Fernández fotografiando las representaciones en el abrigo de Minerva

Como se ha referido anteriormente el abrigo se configura como un estrecho pasillo en pendiente que buza hacia el SE, de 12,15 metros de longitud con dos entradas; la superior, orientada hacia el NW (315º) y prácticamente obturada por un gran bloque desprendido y la inferior, más diafana y orientada al SE (135º). El pasillo en su parte más ancha, la occidental, alcanza 1,21 metros y tan solo 58 cm en su parte más estrecha, cercana a la boca inferior.

Foto 11: Vista del interior del abrigo de Minerva

Foto 12: Plataforma de acceso al abrigo de Minerva

Foto 13: Vista panorámica desde la plataforma de acceso al abrigo de Minerva

Los grabados se distribuyen en dos paneles que se sitúan sobre la pared sur (izquierda accediendo desde la boca inferior) del abrigo. El primero de ellos se sitúa a 7,55 metros desde esta entrada, a una altura desde el suelo de 93,5 cm y orientado hacia el NE (40 º) y sobre una superficie inclinada 16º hacia arriba, lo que ha provocado un mayor grado de desgaste sobre la superficie del panel y en consecuencia una deficiente conservación de las figuras. En este punto la roca presenta un color gris oscuro y un aspecto granuloso. Sobre él tan solo son visibles dos motivos: un pequeño caballo muy desgastado y a su derecha lo que hemos interpretado como una representación muy sumaria de una cabeza de cáprido.

Foto 14: Calco panel 1

El segundo de los paneles se encuentra a 1,40 metros a la derecha del panel anterior. Se trata de una pequeña superficie a 58 cm de altura desde el nivel del suelo del abrigo, con una inclinación también positiva de 11º y orientado al igual que el otro a 40º (NE). El color es marrón claro y sobre él fueron grabadas otras dos figuras: un bóvido y lo que se ha interpretado como una cabeza de cáprido.

Foto 15: Calco panel 2

4.2.- DESCRIPCIÓN DE LAS FIGURAS

PANEL 1

Figura 1: Pequeña representación incompleta de un caballo orientado hacia la izquierda en perfil absoluto e inclinada hacia abajo 32º respecto a la horizontal por el lado de la cabeza. Técnicamente ha sido ejecutada mediante un trazo lineal fino y muy somero que la hace prácticamente imperceptible incluso con el empleo de luz rasante. Anatómicamente es visible parte del trazo dorsal muy lineal que continúa tras una acusada inflexión en la zona de la crinera resuelta mediante un simple trazo convexo y sin despiece que remata en la parte superior en un pequeñísimo trazo inclinado hacia delante para configurar la oreja. Prosigue la representación en la zona de la testuz, ligeramente cóncava que remata en el hocico, prácticamente semicircular, y desde aquí la línea se prolonga hacia la derecha para marcar claramente la quijada y el arranque del pecho. Mide 4,9 cm de longitud por 1,6 cm de altura (dimensiones máximas entre paralelas).

Foto 16: Caballo. Figura 1 del panel 1

Figura 2: Representación muy esquemática que ha sido interpretada como una cabeza de cáprido orientada hacia la derecha, en perfil absoluto e inclinada 17º hacia abajo respecto a la horizontal. El trazo empleado en esta figura es igualmente lineal pero a diferencia del anterior mucho más marcado lo que permite una fácil visualización de la figura. Anatómicamente solo es visible un pequeño trazo que indica el arranque del pecho que se prolonga sin solución de continuidad hacia la derecha para marcar la quijada, el hocico y la testuz resuelta de manera muy simplista en forma de arco muy cerrado. Desde la zona alta de la testuz se prolonga un trazo lineal hacia arriba con ligeras ondulaciones que ha sido interpretada como la cornamenta de este animal. Sus medidas son 6,7 cm de altura por 2,35 cm de anchura.

Foto 17: Posible cáprido. Figura 2 del panel 1

PANEL 2

Figura 1: Representación incompleta de bóvido en perfil absoluto, orientada hacia la izquierda e inclinada 42º hacia abajo respecto a la horizontal por el lado de la cabeza. Al igual que las demás ha sido ejecutada mediante una línea grabada incisa bien marcada en anchura y profundidad lo que hace fácilmente visible la figura. Junto a esta técnica la figura se completó en la zona del cuerno recurriendo a una pequeña fisura del soporte cuya zona inferior conforma claramente la defensa del animal. Anatómicamente es visible gran parte del trazo dorsal muy lineal que se inflexiona en la zona del morrillo para dejar paso a la testuz, que el autor hizo coincidir con la irregularidad en el soporte para representar la cornamenta y que se prolonga sin solución de continuidad hacia la zona del hocico que presenta una forma con tendencia subrectangular. Desde aquí continua hacia la derecha un pequeño trazo para cerrar la cabeza por la zona inferior señalando parte de la quijada. En la zona interna una pequeña incisión conforma el ojo del animal Se trata de la figura de mayor tamaño del conjunto siendo sus medidas 21,4 cm de longitud por 7,3 cm de altura máxima.

Foto 18: Bóvido. Figura 1 del panel 2

Foto 19: Detalle cabeza

Figura 2: Localizada a la altura de los cuartos traseros de la figura anterior se encuentra esta nueva representación que ha sido interpretada como una cabeza de cáprido orientada hacia la derecha, ligeramente inclinada hacia abajo respecto a la horizontal (tan solo 5º) y de perfil absoluto salvo en la cornamenta que muy esquemáticamente al resolverse mediante dos trazos verticales paralelos, ha sido representada en perspectiva torcida. El resto de la cabeza muestra una testuz lineal con una inclinación muy acusada que remata en un pequeño hocico con forma semicircular, inflexionándose el trazo bajo él para marcar la boca y la zona anterior de la quijada que se prolonga linealmente hacia la izquierda hasta cerrar la cabeza por abajo rematando el trazo finalmente en la zona del arranque del cuello. Al igual que en las demás figuras, en esta también se ha empleado un grabado lineal inciso y bien marcado que permite una correcta visualización de motivo. Mide 6,9 cm de alto por 3,4 cm de anchura.

Foto 20: Posible caprido. Figura 2 del panel 2 c

Sin poder profundizar mucho en el tema, pues la limitada extensión de este artículo no nos lo permite, la mayro parte de estas figuras cuentan con importantes referentes en contextos artísticos pleistocénicos de la propia región extremeña. Así la pequeña figura equina del panel 1 de este abrigo responde a un tipo de representación que nos remite a los caballos grabados localizadas en las estaciones Heineken, Noel y Esquinera del conjunto del Molino Manzánez (Collado, Girón y Fernández, 2003: figs 2, 9 y 13) y al pequeño caballo pintado de la Sala de las Chimeneas de la Cueva de Maltravieso (Ripoll, Ripoll y Collado, 1999: fig 63) con el que tiene una gran afinidad formal. De igual manera el mejor referente para la figura del bóvido del panel 2 es la representación del toro pintado en negro del panel XXVIII de la cueva cacereña (Ripoll, Ripoll, Collado, 1999: fig 33) que presenta similar inclinación, orientación y contenido anatómico, aunque no podemos descartar la figura del bóvido localizada en la estación Toro Pelón del conjunto pacense del Molino Manzánez (Collado, Girón y Fernández, 2003: fig. 16).

Con todas las precauciones derivadas del empleo del recurso estilístico para intentar dar un encuadre cronológico a las figuras del Abrigo de Minerva, opinamos que el encuadre temporal en el que deben localizarse estas figuras a tenor de los convencionalismos anatómicos empleados y los referentes artísticos que la contextualizan en esta región puede situarse en los momentos avanzado del Pleistoceno y quizá más concretamente entre las etapas inicial y central del Magdaleniense.

Pero independientemente del siempre inseguro encuadre cronológico, lo que nos parece realmente interesante de este abrigo es la constatación de que durante el Paleolítico Superior se utilizó la cuarcita para representar figuras, un tipo de roca que por su extremada dureza había sido descartada como soporte de representaciones grabadas paleolíticas. Dada la gran difusión de este tipo de roca por toda la Península nos cabe albergar la esperanza de que este tipo de hallazgos puedan seguir produciéndose en contextos que hasta ahora habían sido ignorados por la investigación permitiendo con ello ampliar el ámbito de difusión del arte rupestre paleolítico.

Hipólito Collado Giraldo
Mérida, 11 de Noviembre de 2003


BIBLIOGRAFÍA

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